17 Sep
Las siete plagas
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Como marcados, pagando un karma o víctimas de un maleficio. Sensaciones que destacan en el venezolano por estos tiempos. La escasez cotidiana va decantando en tragedia cuando se trata de la salud pública, y viene entonces una situación confusa oscura que el gobierno nada hace por aclarar: ocurren diez muertes en el Hospital Central de Maracay. Ante eso, en lugar de actuar con transparencia, de tratar de aclarar el origen de tales fallecimientos, el Ejecutivo arremete contra los médicos que alertan sobre la extensión del virus Chicungunya –a nivel de severísima epidemia según expertos- y la propagación del dengue.

 

El empeño del gobierno en tratar de ocultar la preocupante situación asistencial del país, lo lleva a cometer errores que los venezolanos están pagando con sus vidas. Negar que hay una crisis de desabastecimiento en muchísimos medicamentos es una gran irresponsabilidad. La nueva ministra de Salud, Nancy Pérez, insiste en que todo está normal y que los hospitales públicos están abastecidos. ¿Cinismo o ignorancia?

 

Al gobierno negar la realidad está dándole la espalda también a sus responsabilidades.  Lo debido es haber realizado fumigaciones masivas para evitar la proliferación de zancudos que han encontrado en las lluvias el escenario apropiado para la multiplicación de sus larvas.

 

Todo empeora ante el inicio del año escolar. Caracas, Miranda, Vargas, Aragua y Carabobo aparecen como zonas de alto peligro. De haber fumigado, los padres de este país se sentirían mucho más tranquilos a la hora de mandar sus hijos al colegio.

 

Un problema más que carga el espíritu del venezolano. Sobrevivientes en un país que pareciera estar pagando una severísima penitencia.