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23 Jan
Espantar el miedo
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En la procesión más grande de Venezuela, ante la Divina Pastora, el arzobispo de Barquisimeto, monseñor Polito Rodríguez Méndez, dibujó en tono de parábola la situación política y el drama actual de los venezolanos y pidió seguir el ejemplo de la santa Virgen: “como María, no podemos quedarnos paralizados en el miedo, la tristeza o el desaliento. María actúa de una forma sabia y solidaria, intercediendo por el hijo, reconociendo en él nuestras posibilidades, nuevas opciones y alternativas en medio de la situación apremiante”.

El certero mensaje de monseñor complementó la sacudida que a través de un audio puso a rodar en redes sociales la líder María Corina Machado en un inmenso esfuerzo por espantar la depresión que acecha a casi todo el país; tratando también de recuperar la fuerza de lucha, herida por el dictador Nicolás Maduro al burlarse de la voluntad del pueblo al juramentarse el pasado 10 de enero como presidente de Venezuela.

“La batalla principal se libra en la mente y en los corazones de nosotros para vencer el miedo. Somos millones y tenemos la razón. El bien nunca debe ceder ante el mal”, dijo María Corina.

El mensaje de MCM, que una vez más tuvo que burlar la censura, logró insuflar ánimo a millones de venezolanos que bordean el peligro de hundirse en la derrota, lo que sería terrible para nuestra lucha.

Mientras María Corina perseguida y agredida activa un plan de resistencia, el dictador Maduro se muestra cómodo en apariencia, sin necesidad aún de negociar su salida; al contrario, acelera a fondo su plan de moldear más a Venezuela como la réplica política de Cuba. Por eso anunció una reforma constitucional y las elecciones para este 2025 de alcaldes gobernadores y la Asamblea Nacional. Todo hecho a su medida, es decir el escenario de un régimen que aparenta democracia porque vota, pero que en realidad no elige. Digamos que echando perfume para que los mandatarios sinvergüenzas -por ejemplo, Brasil y Colombia- no huelan el excremento de su vecino.

La película de la tiranía se asoma sin pudor, amarrando amorales con pagos generosos fruto de la corrupción. El rol de esos miserables será participar en un supuesto diálogo a cambio también de obtener pírricas cuotas políticas.

Todo con el objetivo fundamental de dividir a la oposición que obtuvo más de 7 millones 400 mil votos; aunque la verdadera obsesión de Maduro es debilitar el liderazgo de María Corina.

Por todo eso, en el tablero planteado de la oposición tiene que producirse un cambio de estrategia. Si algo ha sido comprobado en esta elección presidencial es que el crimen organizado controla a su gusto la jerarquía armada del país. En tal sentido, la ruta iniciada por Hugo Chávez y continuada por Maduro sostenida en la alianza con el mundo criminal a cambio de exprimir nuestras riquezas, nuevamente les ha dado resultado.

La reacción de Maduro y sus secuaces a partir del 28 de julio solo ha ratificado su calaña sanguinaria. Es falso que Maduro haya pensado en la alternativa de dejar el poder o que seriamente haya considerado negociar un destino que le garantice seguridad y gozar su fortuna. Tanto Maduro como su cómplice en el delito, Diosdado Cabello, así como otros jerarcas del régimen, están convencidos de que no hay lugar en el mundo que les pueda garantizar su confort y lujo acostumbrado, ni protegerlos del odio bien ganado, comprensible consecuencia del dolor generado a los venezolanos.

Entretanto las noticias desde Estados Unidos no son buenas. Joe Biden con la ayuda del Vaticano, ha sacado a Cuba de la lista de patrocinadores del terrorismo a cambio de la liberación de 553 rehenes cifra que con seguridad se mantendrá o aumentará cuando los presos liberados sean sustituidos por otros, en el claro ejercicio de la puerta giratoria.

Ciertamente ha sido una estocada a traición la ejecutada por Biden precisamente cuando más apoyo exige la causa venezolana. Ese espaldarazo ofrecido por la administración del presidente saliente a Cuba, Maduro lo interpreta a su favor, y peor aún, lo asume como una manera de alentar su política de tortura con la que acumula inocentes en las mazmorras venezolanas cuya libertad puede negociar en favor de sus intereses como hizo con los narcosobrinos y con Alex Saab.

¿Eso nos tumba el ánimo? Sí. Y hay que recomponerse. El mundo democrático siente legítima inquietud por el destino de Venezuela. Han sido públicos los pronunciamientos de mandatarios y los apoyos de organismos internacionales, oficiales y no gubernamentales, que han reaccionado alarmados por las violaciones de los derechos humanos y el agotamiento de la democracia.

En este momento lo más importante es mantenernos muy firmes en la pelea que, como dijo María Corina, no ha sido corta ni fácil. Sin embargo, lo que parecía imposible lo logramos y además lo podemos demostrar. Así que seguimos, hasta el final.