22 Nov
Aguas revueltas en las FANB
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Sonará a historia repetida, pero la Fuerza Armada venezolana está revuelta. Tres militares asesinados, un general despedido, un jefe acobardado y otro que se rebela contra la autoridad en menos de 15 días, no puede ser normal. El mayor general, Gustavo González López, fue botado del SEBIN. Al hombre parece habérselo tragado la tierra. Una escaramuza entre comandos del SEBIN y la caravana presidencial, fue la guinda del vaso derramado. Maduro asustado lo sustituyó por Manuel Cristopher Figuera. En el traspaso de mando no se produjo la obligatoria entrega del despacho, ni el inventario del parque de armas.

Recordemos que González López tiene dos mejores amigos: Diosdado Cabello y el Pollo Carvajal. Digamos que han sido tres muchachos con malas mañas y que se han divertido mucho con la tecnología y equipos electrónicos sofisticados espiando a jefes opositores y a la élite del régimen sin distingo de rango, edad o sexo.

González López proveía material para el vouyerismo de Diosdado, parte de ello salía en su programa de televisión. El resto hacía sonar la caja registradora. La extorsión era el pan de cada día. Pero cometieron un error: grabaron a la pareja presidencial. Y bueno, Nicolás cuenta a su mujer sus temores, angustias y estrategias. Una de ellas, no le agradó a Diosdado. Se enteró así que Maduro ha negociado la posibilidad de entregar su cabeza, con tal de él seguir en el poder. Y hasta reclamó.

La salida de González López y la mutilación de Diosdado, sacudió a un sector de las FANB que conforman el clan del par afectado.

Luego vino el ataque a la Guardia Nacional en la comunidad indígena Picatonal, cerca de Puerto Ayacucho, Amazonas. Los militares venezolanos habían logrado detener a Luis Ortega Bernal, cabeza del ELN, quien tenía tiempo gozando de los favores de la dictadura que tuvo a bien cedularlo y otorgarle su carnet de la patria. La respuesta de la guerrilla fue matar a tres efectivos de la Guardia y herir a diez. La reacción del Ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, fue timorata y vergonzosa. No sólo evitó mencionar al ELN, sino que con voz quebrada apenas alcanzó a decir: “Por favor, váyanse del país”.

La última acción limpió la cara a las FANB: la comunicación del Director de la Escuela de Adiestramiento, capitán de corbeta Miguel Ángel León Correa, al comandante de la Armada, fechada este 6 de noviembre.

El militar se apega al artículo 350 de la Constitución, desconoce al régimen, aclarando su desapego a organizaciones del Gobierno y de la oposición.

Sólidos argumentos soportan la misiva. Que la FANB se convirtió “en una especie de milicia populista dedicada única y exclusivamente a defender los intereses de una parcialidad política y una revolución que dista mucho de representar los intereses del pueblo (…). Los mandos militares (…) han perdido la dignidad y el respeto propio, dejándose comprar la conciencia con prebendas y beneficios (...)".

En junio pasado, después del caso de los drones, el capitán León Corres se negó a firmar el juramento de lealtad incondicional a Maduro. El militar califica a quienes dirigen la institución castrense como “una corriente de sátrapas oportunistas que como viles parásitos han visto en la constante adulación al gobierno, la vía más expedita para escalar en el poder”. Se refiere el capitán a las graves torturas que se consuman en la tumba del SEBIN y al maltrato y persecución a colegas militares.

Destaca el capitán de corbeta que la institución Armada está cayéndose a pedazos. Culpa de ello a sus superiores y a él mismo, por “no contradecir órdenes ni acciones inadmisibles (…) cuando deben prevalecer los intereses nacionales”.

Agrega que han traicionado a la patria quienes la empeñan a “China, Rusia y otros países, entregando la Faja Petrolífera, el arco minero (…) y hasta el manejo de información del nivel de apresto operacional de las FANB a militares cubanos, poniendo en alto riesgo la seguridad de la nación”.

El militar desmiente a Maduro y asegura que es imposible que unas FANB con hambre y sin equipos puedan representar una amenaza a potencias de combate.

El militar suma a sus apreciaciones la equivocada estrategia opositora con el manejo de la mayoría en la Asamblea Nacional y la acusa porque se ha vendido al mejor postor. En este punto valdría detenerse porque revela la incomunicación entre civiles y militares evidenciada en la ausencia de estrategia común en un país aplastado por la miseria. El capitán recuerda a sus compañeros de armas que el próximo 10 de enero acaba la legitimidad de Maduro y les exige que reaccionen desconociendo al régimen y les propone colocar la verdad sobre la mesa.

Sin duda, hay tormenta en la FANB. ¿Quién construirá el puente?