27 Dec
Los rusos quieren el torio venezolano
Visto 1067 veces
Valora este artículo
(0 votos)

Lo que faltaba. Los rusos han encontrado en Venezuela una fuente de torio, mineral que es combustible nuclear. Las última camada de funcionarios rusos que aterrizó recientemente en el estado Bolívar, tiene mucho que ver con esto.

Gradualmente, los rusos se han internado en nuestro ecosistema ante el estupor de un país que ha venido padeciendo durante 20 años el saqueo de los cubanos. Ahora, al verse necesitada de recursos, el modus operandi de la dictadura que pisotea nuestra soberanía, se ha extendido hacia los países –mejor dicho, gobiernos- asociados a sus fechorías.

Esta semana se registró la llegada de otros 40 rusos, quienes según información de periodistas en redes sociales, aterrizaron en Canaima con destino desconocido.

No es la primera vez que trasciende la llegada de rusos al país. Cada arribo de ellos es presentado de manera deliberada bajo el manto del misterio, para dejar abierta la sospecha de que efectivos militares extranjeros podrían activarse en defensa del régimen, ante un supuesto enfrentamiento militar futuro.

Se trata de un ángulo construido en los laboratorios de la dictadura y que es difundido con el objetivo de mostrar a lo interno y a lo externo, el apoyo político de los rusos al usurpador Nicolás Maduro.

Por eso en octubre pasado en visita a Moscú, Maduro se refirió a la presencia “de militares rusos” sin precisar para qué. Poco después, el politólogo de la Universidad Estatal de San Petersburgo, Víctor Jéifets, desmintió a Maduro conversando con Sputnik, la agencia de noticias rusa, al precisar que quienes habían pisado suelo venezolano no eran soldados de las fuerzas armadas rusas, sino especialistas de perfil técnico. “La diferencia es importante porque no se planea que participen en combates”, agregó. Su declaración la completó con una descripción cierta sobre la carestía de especialistas para la revisión y reparación de diferentes equipos: “Venezuela adolece de expertos para el mantenimiento de defensa antiaérea”, dijo, y agregó una ventaja adicional que surge para los rusos de las buenas relaciones con Venezuela: “si bien no abrimos la base militar, tenemos la posibilidad de hacer maniobras militares conjuntas usando los puertos venezolanos”.

La llegada de estos últimos 40 rusos debe activar las alarmas. Este arribo depositó especialistas en defensa antiaérea que hacen estudios en el sur del país para instalar unos radares. Pero además, quedaron en nuestro territorio, ocho científicos que tienen instrucciones de avanzar en el proyecto para la extracción de torio. Seis de los expertos fueron distribuidos entre Amazonas y Bolívar, y a dos los trasladaron a Cojedes. El resto del equipo fue designado para la seguridad de los científicos.

Hasta el momento, en Venezuela se conocen dos yacimientos de torio en el país: en el Cerro Impacto en Amazonas y uno más pequeño en El Baúl, estado Cojedes. Estudios realizados nos ubican en el quinto lugar en cuanto a mayores reservas de torio en el mundo.

Advierten los estudiosos del torio que este mineral es 90 por ciento más poderoso que toda la energía que produce el uranio en una explosión nuclear. Según Leancy Clemente, de la Sociedad Nuclear de Venezuela “el torio permite la evolución del poder de las armas nucleares más poderosas ya existentes”. El torio había sido ignorado porque algunos gobiernos eran partidarios de hacer bombas nucleares con el plutonio de ciertos reactores convencionales.

Para algunos científicos defensores del torio, se procuraría con la exploración de ese mineral, usarlo como alternativa para abastecimiento energético. Y para suavizar las críticas belicistas, aseguran que es casi imposible hacer una bomba de torio.

Sin embargo, hay muchas dudas sobre el uso del mineral y sobre la conveniencia de hacerlo centro de unas nuevas ambiciones energéticas mundiales. También está el tema ambiental. Por ejemplo, el físico nuclear Nils Bohmer, opina que el desarrollo del torio es una costosa distracción frente a la necesidad de frenar los gases de efecto invernadero para revertir el cambio climático.

Nuevamente la dictadura ofrece un recurso natural de suelo venezolano para el provecho de otros países que en esta caso no solo obtendrían beneficio económico. Algunos temen que se abra una peligrosa compuerta cuya mala utilización podría alterar la paz del mundo.