Lo había adelantado con descaro Nicolás Maduro por los días de la celebración del Foro de Sao Paulo, cuando emulando al Chávez de 20 años atrás, abrió sus brazos a los guerrilleros que desde hace décadas venían cometiendo fechorías en territorio colombiano. El usurpador en este escenario, dio la bienvenida a quienes de hecho y derecho han sido calificados de terroristas.
En ese Foro se afinaron los preparativos para oficializar lo que era un secreto a voces: el desarme fue puro teatro. El primer mensaje transmitido el pasado 29 de agosto, fue el de Iván Márquez. Otros varios fueron grabados en tierras venezolanas con apoyo del sistema de medios públicos y personal de Telesur, según fuentes de la FANB. Para la producción de esos mensajes se habilitaron dos espacios: en Guárico en la finca “La Nicolasera” y en Apure el campamento de John 40. Helicópteros trasladaron al personal y drones apoyaron la seguridad.
Ahora la paz de la zona, nuevamente está en jaque. El narcoterrorismo ha conseguido en Venezuela el paraíso de sus fechorías y negocios. Lo que antes se hacía con discreción y prudencia, ahora es refrendado por el alto mando militar cuyos miembros se han convertido en sus socios subordinados. Los pocos oficiales que han resistido a las tentaciones del oro y el porro, han sido trasladados a otros destinos. La mayoría, la contundente mayoría con decisión en la FANB, baja la cabeza y estira la mano para incorporarse al escenario del bochorno y la traición, entregando tierras venezolanas a criminales asociados al terrorismo que asaltan nuestras riquezas mientras el país muere de hambre, de enfermedad, de desolación.
Los resultados de investigaciones importantes efectuadas durante meses por oficiales de inteligencia, llegaron al escritorio del ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López. El contenido de esos informes, indigna. Regiones completas desolladas capa por capa, controladas por cuatreros encumbrados sobre sangre y dinero. Se trata del mapa venezolano bajo la radiografía de efectivos de la FANB que alertaron a su superior con la esperanza de que tomara acciones contra los delincuentes. Allí sigue depositada la información sin que Vladimir Padrino López se inmute. El interés del ministro de la Defensa se orienta más a comportarse como un canciller con intereses propios, amarrando alianzas con lo peor del mundo. La más reciente muestra fue la visita a su amigo, el pedófilo dictador de Nicaragua, Daniel Ortega.
El mapa en cuestión detalla nombres y alias de los jefes guerrilleros de distintos sectores, con decenas de hombres –a veces centenares- que poseen variedad de armas de guerra, como fusiles de asalto, ametralladoras, granadas de mano y explosivos. Los terroristas ocupan todos los renglones del mercado de delitos que van desde la explotación de oro y coltán, pasando por el tráfico de droga, alimentos y combustible, hasta el robo, los secuestros, la extorsión y los homicidios. En algunas zonas el control criminal se impone sobre cualquier autoridad regional. En Táchira la presencia armada del ELN llega a encabezar 700 hombres que además controlan periódicos y emisoras de radio.
El ciudadano no tiene posibilidad de defensa cuando desde el Estado se cometen los mayores crímenes. Ante eso no hay escapatoria salvo luchar para encontrar la manera de revertir esta tragedia.
Cobra importancia la decisión de la Asamblea Nacional para cohesionar esfuerzos. La comunidad internacional entiende claramente lo que es el terrorismo y América Latina ha de asumir el peligro inminente de que el enemigo siga extendiendo su control en la zona. Se hace urgente descabezar al monstruo y también al que lo alimenta.
El acuerdo de la AN refrendado por el presidente interino Juan Guaidó, ordena a la Fuerza Armada y a los organismos de seguridad, repeler a estos grupos criminales. Autoriza además el uso de tecnología satelital para facilitar la ubicación de los campamentos de las FARC y el ELN y ofrece lo necesario para lograr la captura de los solicitados por las autoridades colombianas, así como de las aeronaves utilizadas para el tráfico de drogas.
Nuevamente la ley frente al delito.
La arruga se ha corrido por demasiado tiempo. Hace 20 años los periodistas denunciábamos espantados que los guerrilleros se paseaban por el centro de Caracas comiendo arepas y tomando café. Era cuando disfrutaban del aliviadero que significaba el gobierno de Hugo Chávez cuyo trato fue darles protección siempre que no atacaran a militares. Ahora esos guerrilleros, oficialmente terroristas, están a poco de ser los dueños del país. Y esos criminales encontraron en los miembros de la FANB a los cómplices necesarios y en Maduro el cochino que engordarán hasta que reviente.