Salvar vidas, mitigar sufrimientos, proteger los derechos fundamentales y mantener la dignidad humana, cita la Organización No Gubernamental venezolana Provea, como los objetivos de la asistencia humanitaria. Tan noble misión, en nuestro país es criminalizada. La arremetida contra las ONG´s dirigida por el régimen, se ha intensificado en los últimos meses y todo indica que será peor en este 2021. ¿Por qué?
¿Por qué, por ejemplo, están criminalizando transferencias de dinero cuyo proceso venía siendo supervisado por los organismos internacionales en coordinación con el régimen? La misma Cruz Roja Internacional, según precisa el periodista Jesús Urbina, lo hace de manera rutinaria. “Acnur fue uno de los pioneros de ese modo de asistencia internacional en decenas de países afectados por desastres o crisis desde la década de los 80”, cita en un tuit el colega. Sin embargo, por cumplir con el mismo procedimiento, organizaciones como Acción Solidaria, Convive, Convite, y más recientemente Azul Positivo -cuyos directivos han sido encarcelados- sufren los rigores de persecución, allanamientos, juicios y congelación de sus cuentas, afectando fundamentalmente a sus beneficiados, personas todas frágiles y necesitadas.
La tirria contra las ONG desde el chavismo, lleva acumulada unos cuantos años. Estando Cilia Flores a la cabeza de la Asamblea Nacional se activó la posibilidad de regular el ingreso de fondos a las organizaciones. “Se hizo un censo sin darle volumen al asunto -recuerda una fuente- y se toparon con una estadística inesperada: muchas de las ONG´s del momento, habían sido activadas por ellos mismos que de manera abierta o soterrada trabajaban para el gobierno escudándose en una supuesta labor en favor de los derechos humanos. Entonces el proyecto de ley, Cilia lo engavetó”.
Ahora es Diosdado Cabello, quien desde el equipo que de manera fraudulenta ha tomado el Palacio Legislativo propone un instrumento legislativo para regular la posibilidad de que las ONG´s obtengan fondos internacionales.
Las acciones del régimen han germinado por doble vía. Primero, la venganza. Nicolás Maduro ha ordenado aleccionar a quienes colaboraron con la Misión de Determinación de los Hechos de la ONU que lo ha colocado a él y su círculo siniestro, con un pie en la Corte Penal Internacional. Todos los que colaboraron en alimentar ese expediente de manera directa o indirecta, deben considerarse blanco de la dictadura. La amenaza parece haber llegado hasta la Oficina del Coordinador Humanitario de las Naciones Unidas en Venezuela, Peter Grohmann, quien alegando falta de claridad sobre el marco institucional para transferencias monetarias ha suspendido temporalmente las ayudas con fines humanitarios. La sorpresa por esta decisión tiene fundamento porque la modalidad que se ejecutaba era según las instrucciones de ellos mismos. Al respecto, hay consenso en que la reacción de OCHA es consecuencia de una mixtura conformada por miedo junto a la postura diplomática de tener mano izquierda con el régimen.
Lo grave de esta cómoda posición individual, es que deja a la buena de Dios tanto a decenas de ONG venezolanas -y sus miembros que están en la lista de perseguidos políticos-, como a miles de beneficiados por sus obras.
Lógicamente, la avanzada del régimen ha activado las alarmas puesto que se están violando normas que según el derecho internacional aseguran las actividades de las ONG´s. De parte de la oposición política, el diputado de Voluntad Popular Rafael Veloz García promete acudir ante la Corte Penal Internacional con pruebas que documentan el patrón sistemático ejecutado por la dictadura que persigue y estigmatiza a los trabajadores de los derechos humanos.
Esto ocurre en el momento en que los venezolanos sufren de manera implacable la tragedia del asalto de la dictadura. Es ahora más que nunca, cuando el trabajo de esas organizaciones resulta fundamental para ayudar a las comunidades vulnerables. Se trata de misiones enfocadas en los derechos sociales de las personas mayores, como Convite, o en alimentar a sectores vulnerables como Alimenta la Solidaridad y Caracas Mi Convive, o asistir a víctimas de VIH como Azul Positivo.
Pero el régimen necesita dirigir los hilos del control de los más necesitados porque mientras más pobres y enfermos sean, más los puede doblegar. Y atacando a quienes trabajan por aliviar el dolor de los demás, fracturan cualquier esperanza. Como diría José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch: “Interesa más reprimir al pueblo que ayudarlo”.