15 Apr
El espionaje no es un cuento chino
Visto 583 veces
Valora este artículo
(0 votos)

Han hackeado la Fuerza Aérea y la Agencia Espacial de Colombia. Cada vez que Juan Guaidó saca una plataforma de registro de ciudadanos, el hacker designado debe actuar. Los portales incómodos también han sido hackeados. Maduro y los chinos avanzan con la Ley de Ciberespacio.

La sede de la antigua CANTV es una mole de ciberespionaje controlada por los chinos. Su contenido y operaciones son altamente secretos. El edificio fue transformado y adaptado por la empresa estatal CEIEC, Corporación Nacional de Importación y Exportación de productos electrónicos de China, bajo la supervisión directa de Nicolás Maduro y a cuya estructura solo han accedido Nicolasito y su testaferro y socio Santiago Morón; el general de brigada Jorge Márquez Monsalve, ministro del despacho de gobierno; el expresidente de CANTV, Manuel Fernández y en una primera etapa Tareck El Aissami. Ni los cubanos -ocupados con el Sistema Patria junto a los hermanos Rodríguez-, ni los militares -incluyendo los jefes de los organismos de inteligencia- han penetrado el lugar. La única actuación militar directa ha sido el contrato de confidencialidad que la DGCIM a través de Iván Hernández Dala, obliga a firmar a quienes ingresan.

Recientemente el Comisionado Especial de Seguridad e Inteligencia del gobierno interino, Iván Simonovis, alertó sobre los ataques cibernéticos a la oposición desde el edificio CANTV. De hecho, está confirmado que en esa sede han sido hackeadas las plataformas de Voluntarios por Venezuela y Héroes de la Salud, así como todos los portales periodísticos que incomodan a la dictadura.

Desde esa mole de ciberespionaje se puede bloquear y cambiar el tráfico de Internet. Nadie en la región tiene esa tecnología de la que son poseedores los chinos. Y aunque la orden obsesiva es controlar las redes y con ello a la opinión pública, sus tenazas se extienden fuera de nuestras fronteras. Fuentes calificadas detallan cómo desde allí, se intenta día a día vulnerar los sistemas militares de los gobiernos en América Latina etiquetados como enemigos, especialmente Colombia y Brasil. De hecho, el 15 de septiembre de 2019 hackearon dos servidores alojados en Amazon, los de la Fuerza Aérea y la Agencia Espacial de Colombia. Y fueron los mismos del régimen los que tres días después filtraron el delito consumado para alardear de la superioridad tecnológica. De ese hackeo trascendió que la dictadura llegó a la base de datos de los militares, de bases aéreas, aviones modelos, planes de mantenimiento y records de pilotos.

Los primeros entrenamientos para el personal de la mole del ciberespionaje se iniciaron en 2017. En la selección opinaron el general de brigada Jorge Márquez, Manuel Fernández y Nicolás Maduro Guerra. Los aspirantes no se conocían entre sí. Había civiles y militares. Fueron organizados en tres grupos que viajarían a China. El primer grupo salió el 5 de abril de la rampa 4 en el avión presidencial sin dejar registro hasta Cuba donde un avión de Aeroflot los trasladó a Rusia para luego en esa misma línea seguir hasta Dongguan. El segundo equipo, que sí registró vuelo, salió el 7 de abril de Caracas por Airturkish hasta Turquía y de allí con la misma línea aérea hasta Dongguan. El tercer grupo salió el 8 de abril de Caracas en Airfrance hasta Francia y de allí con la misma línea hasta Dongguan. Todos viajaron con pasaporte diplomático y de servicio en el exterior.

Cada equipo fue entrenado en un área diferente por profesores militares del Ejército chino. Uno en redes sociales con los sistemas chinos llamados v8. Son 8 sistemas informáticos que toman el control de las redes sociales, webs, foros. Otro grupo tuvo entrenamiento en el firewall chino que es transparente para los externos y el tercer grupo en hacking avanzado. Destacó la presencia continua del profesor Fang Binxing, miembro de la Academia China de Ingeniería, expresidente de la Universidad de Correos y Telecomunicaciones de Beijing. También estaban presentes altos funcionarios del Departamento de Defensa y Seguridad Chino. El entrenamiento duró 40 días. Todos fueron alojados en el hotel Silver World.

No dar respiro a toda la oposición, ni a la civil y ni a la militar, era repetido como un mantra.

Importante es precisar que el hombre en quien Maduro ha depositado su confianza en este plan es el general de brigada Jorge Elieser Márquez Monsalve. Se trata de una operación que Maduro dirige sin los cubanos y sin su entorno acostumbrado. La relación con Márquez se traslada a cuando Maduro era canciller (ocupó el cargo entre 2006 y 2013) y Márquez fue jefe de seguridad del Ministerio de Relaciones Exteriores. En un ínterin, el ahora general de brigada se fue a estudiar a China y según, becado con honores. Después volvió con Maduro, siempre con bajo perfil. En el ascenso reciente estuvo de primero en la lista con el aplauso de sus compañeros. Además de ser ministro del Despacho de Gobierno también dirige Conatel donde se ha dado gusto en cerrar emisoras y sacar del aire a televisoras.

Lo más alarmante de toda esta información es que los planes llevan hacia algo peor: la Ley de Ciberespacio (redactada en la mole china). La ONG Espacio Público ya adelantó opinión al respecto: “en esta ley los principales derechos comprometidos son la privacidad y la libertad de expresión”. Internet pasaría a ser un espejismo.

El epitafio de la libertad.