Recientemente hice pública en mi cuenta de Twitter la lista de 23 oficiales de la Fuerza Armada venezolana que están preocupados por tener dinero depositado y ahora atrapado en Rusia. Y aun cuando me aseguran que hay más militares -y civiles- que ven en peligro su capital ante la invasión a Ucrania por parte de Vladimir Putin y las sanciones aprobadas por la comunidad internacional occidental, voy a detenerme en lo que ocurre en torno a esos fondos en Rusia y en especial en la responsabilidad que de esto tiene el ministro de la Defensa Vladimir Padrino López, quien ahora tiene la presión de sus subordinados a los que convenció de entregar jugosos montos (mal habidos) a un personaje de bajo perfil que viene haciendo negocios desde hace 30 años con la Fuerza Armada Nacional.
Entre los oficiales afectados porque la guerra ha puesto en peligro su capital colocado en Rusia están el almirante en jefe Remigio Ceballos, el general de división Eliécer Meléndez Asmat, el mayor general Renier Enrique Urbáez Fermín y la almirante Érika Virgüez. En mi lista además de Padrino hay 18 más. Todos ven como una calamidad hacer confiado en su superior.
A su vez, Padrino López no menos estresado, señala a Wilson Alexander Pabón Barreto, hombre astuto y ambicioso que desde 2015 se presenta sin pudor como el testaferro del ministro de la Defensa. Tal vinculación ha sido alentada por el mismo Padrino a quien no ha parecido molestarle que trascienda que Pabón Barreto se atribuye la manutención de su familia que ha vivido cómodamente en España.
Pabón Barreto a veces sugiere haber logrado la nacionalidad española, país donde lo que sí es público es la operatividad de sus empresas Soluciones Gráficas Salamanca y Grupo Deca 2020 SL, que han sido inscritas en el registro mercantil, esta última espejo con idéntico nombre de otra empresa de su propiedad en Maracay, lugar conveniente para quien maneja importantes contratos con el componente Aviación. Es amplio el espectro de los negocios de Pabón Barreto: “la fabricación y comercialización, exportación e importación y representación de productos de consumo, especialmente ropa, calzado y accesorios de todo tipo, alimentario, material aeronáutico etc.”. Además, en Panamá tiene otra empresa: Jester Impo Expo Trading Inc.
¿De dónde sale un personaje en quien los militares han confiado para depositar hasta siete cifras en dólares? La historia de Pabón Barreto lo revela innato para hacer negocios. Se retiró como teniente en 1991. Sus superiores aseguran que fue un oficial muy gris que se graduó de 167 entre 213. Cuando se fue de baja (o tal vez por eso) vio su oportunidad como comerciante al detectar que sus compañeros del Ejército eran en su mayoría responsables del adiestramiento de los reclutas. Pabón logró contratos para vender el material entregado a los jóvenes cuando ingresan al Ejército. Luego se asoció con administradores de unidades militares que llegaban a altos cargos. Y por ahí siguió avanzando. “De vender pañuelos, peines y cortauñas, pasó a obtener contratos para pertrechos militares, enseres y repuestos de aviación”, confirma un alto oficial.
Compañeros de promoción dicen que, con el general Carlos Mata Figueroa en el Ministerio de la Defensa en el 2010, Pabón Barreto se hizo millonario. Aún estando vivo Hugo Chávez, contrainteligencia comenzó a investigarlo, pero nada cambió. Se buscaba evidencia como sospechoso de crear varias empresas para fugar capitales y adquirir dólares preferenciales para el sector militar. La denuncia señaló a Pabón por operar con el general de división Rafael Espinoza Mendoza. La situación lejos de amainar aumentó con Nicolás Maduro en el poder. El lazo continuó con los administradores de CAVIM. Después apuntó más alto y se hizo amigo de los jefes el Comando Estratégico Operacional y del Ministerio de Defensa. Ya siendo ministro Padrino López, una alta fuente del Ejército recuerda la manera directa como Pabón Barreto proponía sobornos.
Versión no confirmada especula que habría registrado una empresa de repuestos aeronáuticos en Polonia, ahora que con las sanciones se dificulta conseguir personal entrenado para el mantenimiento de equipos rusos en Venezuela.
Además, Pabón Barreto intenta que el dinero colocado por los chavistas en los bancos rusos se salve bajo la alternativa de hacer operaciones en criptomonedas, solo que se ha topado con un escollo: Vladimir Putin tiene el control y no parece dispuesto a ceder fácilmente. En todo caso, es mucho el dinero y Pabón no es el único que Padrino López ha utilizado para colocarlo. Hoy el espacio se hace corto, pero continuaremos.