Ya no los quieren ni en su casa. La verdad es tan evidente, tan cotidiana que hasta en sus medios de comunicación les resulta imposible impedir que se registre el saqueo, la corrupción, la ineficiencia, la impunidad, el drama y el barranco por el que han hundido al país.
Seir Contreras, moderador del programa Primera Página en Globovisión, ha sido despedido por decir la verdad. La decisión era esperada luego de un debate, muy respetuoso de parte de Contreras, en el que dejó en evidencia con información inexpugnable, la incapacidad gerencial y el desprecio diario que al ciudadano aplica el régimen.
Seir reflejó con honestidad, sencillez y empatía, lo que él padece junto a los suyos como ciudadano, con las herramientas de un comunicador responsable que hace lo debido: “hechos, solo me estoy refiriendo a hechos”.
Claro, su deber frente en un programa de televisión lo obliga a precisiones. Eso significa ilustrar con referencias objetivas: “Proyectos hay muchos, tal es el caso del Guaire que fue un gran proyecto y yo no sé dónde están esos reales. Ni lo sabe el país. O el Tren Tinoco-Anaco por el que le dieron un dineral a Diosdado Cabello y tampoco vimos la obra culminada”.
Apenas la audiencia ya experimentada sobre la implacable censura escuchó la mención de Cabello, quedó claro que no lo íbamos a ver más en escena. Tal como ocurrió.
Los escandalosos hechos de corrupción, arrastrados desde el gobierno de Hugo Chávez, se han multiplicado en frecuencia y montos bajo el ecosistema madurista que no oculta su riqueza soportada sobre sistemas de represión y censura para imponer una narrativa construida con la versión de que todo es culpa de las sanciones para tratar de ocultar que la élite de Miraflores ha saqueado -y lo sigue haciendo- al país.
El diálogo de Contreras en este último programa fue con un funcionario mediocre -que ni siquiera merece ser mencionado- con un certificado de diputado. El tipejo no logró construir un solo argumento con una mínima credibilidad para los suyos. Contreras en cambio fue demoledor, básicamente porque habló desde su cotidianidad, respondiendo a quien pretendiese descalificarlo con el manido argumento oficialista de atribuirle a quien discrepa, que lo hace desde el supuesto confort opositor. Despreciable mentira de los corruptos del régimen cada vez menos comprada por un pueblo hambriento.
Contó Seir: “Mi hermana es policía, ahora no, se tuvo que dar de baja porque el sueldo no le alcanza. Siendo funcionario de la policía tuvo que irse a Cúcuta a hacer de niñera porque el sueldo no le alcanza. Y mi hermana médica trabaja en un dispensario, un ambulatorio, un CDI, donde no hay recursos, ni insumos”.
Agregó Seir algo más, entendiendo que el invitado pretendería descalificarlo: “Yo conozco las calles del país. Todos los días voy a las comunidades. Y cargo agua cuando no hay agua allá en Los Chorros, en el municipio Sucre, que por cierto es gobernado por el chavismo y no hay agua, además de otras dificultades. Yo voy a mi casa, y hablo por mis vecinos, y abro el chorro y no sale agua. Y eso está hecho en revolución. Basta con ir adonde iba a estar una obra que no existe. Chávez invitó en el año 2005 a Daniel Ortega a bañarse en el Guaire. Acércate al río Guaire y ve cómo está”.
La respuesta del diputado mediocre fue solicitar que votaran por Maduro. Intentó, eso sí, descalificar al interlocutor.
Y respondió Seir: “El principal error de parte de algunos políticos es que creen que porque uno hace una crítica que se corresponde con la realidad significa que uno está con la oposición”.
No tenía que decir Seir mucho más, aunque hay cifras que vale la pena recordar. Por ejemplo, Diosdado Cabello en el 2009 -prueba en video- ufanándose por la cantidad de dinero recibida, 7.500 millones de dólares para el tren Tinaco-Anaco, sobre lo que aportó algunos detalles de la supuesta obra. “El tren tendrá una velocidad de hasta 220 kilómetros por hora. Será majestuosa”, prometió.
Lo único que debe haber recorrido esa velocidad es el tiempo de asalto, de parte de ellos.
La extrema sensibilidad de estos corruptos no es cualquier cosa, en especial tratándose del segundo hombre del régimen.
Por fortuna, tuvo tiempo Seir en este último programa en Globovisión, de honrar aún más el oficio de periodista: “Yo me refiero a hechos. El derecho a la información que tiene el pueblo venezolano, consagrado en la Constitución”.
Vale mucho la verdad cuando es expresada por ellos mismos. Seir ha logrado decirlo desde la cueva de un canal robado, adquirido con dólares obtenidos del delito.
Fue el último programa de Seir en Globovisión, el canal del corrupto Raúl Gorrín. Solo espero que siga en sus redes, con la misma fuerza y valentía, registrando el dolor del pueblo reprimido, la opulencia descarada de una élite despiadada, denunciando la violación de los derechos humanos y defendiendo la democracia.