Nicolás Maduro decretó esta semana que las motopiruetas serán consideradas deporte nacional. El anuncio no debe ser valorado como una noticia deportiva, ni revela el interés de Maduro en esa actividad de riesgo. En realidad, es una reacción ante el masivo y espontáneo apoyo de motorizados a María Corina Machado en las recientes giras en el interior del país donde ha sido escoltada y protegida por pobladores que de manera festiva le abren paso con sus motos. Significa por lo tanto la pérdida de una importante base política que desde hace por lo menos 20 años el oficialismo ha venido utilizando para amedrentar y agredir a la oposición.
Han sido incontables las ocasiones en las que concentraciones pacíficas opositoras fueron dispersadas con violencia por motociclistas armados que protegidos por autoridades civiles y militares han arremetido contra los manifestantes terminando incluso, en la dolorosa pérdida de vidas.
Sin ir muy lejos, este reciente primero de mayo en le celebración del Día del Trabajador, representantes de los gremios de salud y educación fueron agredidos por bandas armadas sobre motos.
Esta reciente y conmovedora manifestación de los motorizados no parecía estar en el radar de nadie y se potencia por su espontáneo valor expresivo que ha de sentirse como un preludio del comportamiento de sectores populares dispuestos a organizarse y votar masivamente por la oposición en la próxima elección presidencial. Solo basta ver las imágenes que resultan emocionantes de centenares de motorizados abriéndole paso a María Corina, minimizando así la posibilidad de que efectivos militares impidieran su acceso a algunas ciudades.
Por eso a Maduro le sonaron las alarmas. Ya bastante fuerte le ha resultado vivir en carne propia el desprecio de pueblos y barrios citadinos que lo dejan plantado ante la soledad, para ahora tener que constatar que familias completas montadas en su moto le expresan a María Corina su desesperación por salir del tirano y su disposición a votar por Edmundo González Urrutia.
Así que Nicolás pasando por encima advertencias de seguridad y posiciones hechas públicas por miembros de la FANB y autoridades regionales, ha decidido estimular una actividad que exige organización previa y un riguroso control de protección por tratarse de un deporte extremo que supone una cuota importante de riesgo, que exige pericia y gran preparación física.
Calificando las motopiruetas como deporte nacional, Maduro aspira recobrar simpatías perdidas en los barrios,
Por otro lado, queda muy poco tiempo para el 28 de julio y por lo tanto para organizarse; para ello ha sido esclarecedora la declaración de Juan Carlos Delpino, rector principal del Consejo Nacional Electoral, quien reveló a la colega Celina Carquez de “Efecto Cocuyo” la torcida dinámica impuesta por el oficialismo en el organismo que encabeza Elvis Amoroso, comenzando porque la revocatoria de la invitación a la Unión Europea fue una decisión individual del presidente del CNE.
Delpino, hombre conocedor del organismo electoral, contó que desde marzo Amoroso no ha convocado a la directiva del ente comicial, situación particularmente grave cuando quedan escasos días para una elección donde la oposición tiene enormes posibilidades de ganar.
Visto esto, Delpino que había guardado prudente silencio, confesó a la periodista haber llegado al límite revelando que Aimé Nogal, también representante de la oposición, lamentablemente no hace equipo con Delpino. Ella aún mantiene silencio ante los atropellos e ilegalidades ejecutadas por la directiva del CNE.
Lo que denuncia el rector Delpino obliga a una respuesta estratégica por parte del liderazgo opositor.
A pesar de lo alarmante de la situación también llaman la atención las diferencias internas entre Elvis Amoroso y el vicepresidente Carlos Quintero, de quien siempre se ha dicho que se encarga de mover los hilos secretos del CNE.
Amoroso por su parte, encabeza el CNE porque es de confianza de la familia presidencial, en especial de Cilia Flores a quien Amoroso le elaboraba los escritos jurídicos que ella presentaba en diferentes instancias.
El rector Delpino también ha hecho pública la insólita ilegalidad llevada a cabo por el secretario Antonio Meneses que ha asumido filtrar y violentar la correspondencia interna.
A pesar de todo, una apreciación de Delpino resulta esperanzadora: la imposibilidad de hacer trampa desde el organismo electoral. El rector fue contundente al respecto, lo que deja el peso de la responsabilidad en la organización y presencia en las mesas para cuidar el voto masivo que deberá producirse.