27 Jun
Los del régimen están nerviosillos
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“¡Vienes para acá y resuelves este peo!” No se trata del improperio del jefe de una banda de asaltantes dirigido a quien ha fallado en cumplir una orden ¿o sí? Lo cierto es que Venezuela, al menos una parte, escuchó a Nicolás Maduro gritar de esa manera al presidente de Petróleos de Venezuela Pedro Tellechea. Dirían en mi pueblo: se volvieron locos.

Hay que comprender que Maduro no anda bien. Estar más de 30 puntos por debajo de Edmundo González Urrutia faltando menos de 40 días para las elecciones presidenciales, ha de tenerlo nerviosillo y de muy malas pulgas.

 

En todo caso, la escena me hizo recordar muchas conversaciones que he tenido con quienes han ocupado altos cargos, civiles y militares, en el régimen de Nicolás Maduro. Todos sin excepción coinciden en señalar que jamás convocó a una reunión de Consejo de ministros, no existieron puntos de cuenta y el procedimiento de mando en Miraflores era más parecido al de un jefe mafioso. Nadie le besaba un anillo, pero sí había muchos genuflexos.

El asunto viene a lugar porque el talante con el que se ha dirigido al presidente de Pdvsa más o menos se traslada a cómo asume su posible derrota. Es decir, no la asume. Maduro, según también dicen los que lo conocen, nunca retrocede, y la posibilidad de negociar su salida no es de sus planes favoritos.

Al respecto, hay señales en las últimas horas que hacen ver que Maduro se plantea cometer fraude por varias vías. Ya hemos visto algo. Por ejemplo, cambios a última hora de miembros de mesa y detenciones ilegales a 37 integrantes del equipo de Vente Venezuela. El objetivo es debilitar la capacidad operativa que se presenta indiscutiblemente eficiente en el lado opositor. El régimen trata de penetrar la información sobre números telefónicos, direcciones, nombres de personas responsables de convocar al votante, en fin, la organización muy avanzada que se ha ido conformando para garantizar en ejercicio del voto, pero de manera especial la vigilancia y cuidado del voto hasta el final del proceso.

Adicionalmente y como es costumbre de esta dictadura, procura entre estos 37 activistas procesados en menos de seis meses, conseguir mediante torturas, algún testimonio que inculpe a María Corina Machado, líder indiscutible de la oposición venezolana.

Hasta hace poco todavía en Miraflores estaban convencidos de poder revertir la derrota, pero ya no. Por eso los esfuerzos están centrados en mentir con muchos recursos difundiendo un falso optimismo triunfador en redes, y tratando de opacar el inocultable sentimiento que se ha apoderado del país para la recuperación de la democracia.

Obviamente, el régimen no se queda de brazos cruzados. Aún se esperan tiempos difíciles en donde la dictadura no escatimará recursos que obstaculicen el avance opositor y que compliquen la decisión de votar. Para eso han puesto en marcha diferentes procedimientos. El más reciente fue el pasado fin de semana cuando el Consejo Nacional Electoral materializó nuevos cambios en los centros de votación y en más de 100 mil miembros de mesa. O lo más reciente: inhabilitar a alcaldes que apoyen a Edmundo González.

Este cambio es solo una parte que se complementa con acciones tenebrosas como continuar con el hostigamiento, la persecución y las detenciones, todo encausado hacia el peligroso escenario de la represión que según las señales se sustentará sobre personajes torturadores a quienes peligrosamente se planifica darles poder de fuego.

La red de represión seguirá utilizando la Fiscalía y los tribunales que en estos momentos están bajo el control de Diosdado Cabello, quien vive anunciando que el 80 por ciento del país que los quiere fuera del gobierno, va a cantar fraude. Diosdado es uno de esos personajes que se sabe perdido y que no tiene la valentía de batirse para defender el régimen (sí puede huir disfrazado de enfermera), pero que es experto en mandar a los demás. Así que en principio es él quien trata de organizar los grupos violentos -eso incluye poder de fuego- y de ordenar encarcelar y pasar a tribunales a quienes le estorban o cuya ausencia pueda debilitar la lucha democrática.

La pregunta lógica es ¿y la Fuerza Armada Nacional? ¿Y Vladimir Padrino López? Bien, gracias.

El desmantelamiento institucional de una dictadura se hace evidente en estas circunstancias. Esos grupos lo que hacen es cuidar sus negocios.

Así que el resto del país, la mayoría democrática a lo suyo. A votar, a seguirse organizando, a cuidar el voto, que contra 80 por ciento de un país decidido a recuperar la democracia, no puede nadie.