La caída e inminente entrega a Estados Unidos del operador financiero más importante de los Maduro-Flores, no es cualquier cosa. El apabullante y descarado despliegue de dinero con el que han presionado para conseguir la libertad de Alex Saab, detenido en Cabo Verde desde junio del año pasado, intenta, primero que nada, enviar un contundente, aunque desesperado mensaje, a sus aliados en la corporación criminal que se ha nutrido de voluminosas sumas aseguradas en territorios disímiles como Hong Kong, Panamá, Colombia o los Emiratos Árabes.
No hay cálculos modestos para determinar el monto aproximado de las operaciones ilícitas de Alex Saab aunque la acusación formal por la que está detenido lo señala por haber lavado 350 millones de dólares junto a su mano derecha Álvaro Pulido.
La estrategia en defensa de Alex Saab ha requerido de mucho dinero. Defensa encabezada por el exjuez Baltasar Garzón y la construcción de argucias que se sostienen en un impresionante manejo de redes sociales (casi todas en inglés) y expresiones de calle locales que llegaron al colmo de un concierto en la plaza Diego Ibarra de Caracas el pasado 20 de febrero en plena pandemia. La puesta en escena trató de construir el relato de que centenares de miles de venezolanos -publicidad oficialista llegó a referir que 600 mil- se habían reunido para exigir la libertad del nuevo héroe de la revolución, Alex Saab. Cálculos de reporteros coinciden en que la cifra de los asistentes podría acercarse apenas a 300, casi todos trasladados en autobuses Yutong. Y para que nadie se escapara de la arenga y las canciones de Omar Acedo, yerno de Diosdado Cabello, solo al final les fueron entregadas unas bolsas de comida con promesa pendiente de raciones de proteínas con pollo y carne de res. Ya antes, las paredes de Caracas venían siendo rayadas con graffitis y manchadas con la cara silueteada de Saab. Los hashtags pidiendo la libertad y justicia para el testaferro de Maduro se cumplieron con el rigor de los bots. Algunos particularmente apasionados lo llamaron como el nuevo Ché Guevara.
La respuesta de Saab a través de una carta agradeciendo a Maduro “su apoyo inquebrantable” no se hizo esperar, cumpliendo con la narrativa acordada de su supuesta condición de diplomático.
La escandalosa defensa a Sabb por parte de los Maduro-Flores ilustra la dimensión del temor que la pareja tiene a lo que pueda confesar. Ni siquiera los sobrinos de Cilia recibieron ese apoyo.
Son suculentos los secretos. Es inconmensurable la extensión de la arquitectura financiera delictiva iniciada por Hugo Chávez y prolongada por Maduro que nació fundamentalmente para fracturar el sistema monetario internacional. “Era el sueño de Chávez”, repite un testigo que se desempeñara como miembro de su entorno. La responsabilidad de los planes la fue asumiendo Tareck El Aissami que explicaba a sus subordinados de manera elemental sobre las actividades proselitistas a cumplir: “debemos salir del patrón dólar al patrón oro o hacia algo similar”, lo que obviamente terminó siendo el petróleo. Inventaron el Petro que fracasó estrepitosamente porque ni los chinos, ni los rusos, ni los turcos quisieron invertir en eso, por lo que decidieron direccionar otra ruta en su estrategia de salirse del sistema financiero global. Optaron por un sistema parecido al de la desaparecida Unión Soviética y en la cabeza para su ejecución apuntalaron a Saab.
Saab se convirtió en un protagonista de interés para varios regímenes. Y de cuidado. La atención sobre el destino de su esposa Camilla Fabri tiene sentido. Recientemente Fabri se ha mudado junto a su hija, de Venezuela, donde se encontraba muy bien atendida, a Moscú. Para la lectura de expertos Fabri es un rehén a quien cambiaron de locación. Nacida en Roma, se casó con Saab hace 6 años. En Italia tuvo apariciones esporádicas como modelo y trabajaba como vendedora a tiempo parcial en una tienda de ropa en Milán. Con un sueldo de 1800 euros las autoridades de ese país tenían que sospechar de lavado de dinero, cuando millones de euros comenzaron a abultar sus cuentas bancarias junto a la adquisición de un edificio y obras de arte.
La ofensiva mediática del régimen solo confirma que el tiempo de descuento para Saab lo acerca a Estados Unidos. El oneroso equipo no deja de apelar a alternativas que compliquen el proceso, pero las apelaciones se han ido agotando. El derecho es así. También todo va teniendo su respuesta. La más reciente fue que la corte del Distrito Sur de Florida negó la solicitud de la defensa de Saab de anular la orden como fugitivo internacional.
En Colombia, donde Saab siempre se jactaba de controlar personajes de la inteligencia junto a empresarios, banqueros y militares, dan por descontado que el testaferro de Chávez será entregado a la justicia estadounidense.
Que así sea.