23 May
El régimen se va volviendo jirones
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La dictadura de Nicolás Maduro no sería la primera en el mundo en derrumbarse como consecuencia de las disputas internas por el control del dinero ilícito, de hecho, estamos presenciando que el enfrentamiento entre las mafias constituidas a partir del entorno de Miraflores se hace más cruento en la medida en que se ve cercana la posibilidad de que Maduro sea expulsado del poder.

Es sabido que Maduro se soporta sobre un sistema alejado de cualquier norma legal que le funcione para burlar las sanciones y para garantizar el control del dinero. Han sido varios de su confianza con los que ha ejecutado esta operación, pero fundamentalmente han sido clave Alex Saab y los hermanos Santiago y Ricardo Morón. Se presumía que en esa banda de asaltantes reinaba la armonía. Pero no era así.

Cuando el 13 de junio de 2020 la inquietud se apoderó de los inquilinos de Miraflores porque había sido detenido el empresario colombiano Alex Saab en Cabo Verde, África, los hermanos Ricardo y Santiago Morón, testaferros de Nicolás Maduro Guerra, frotaron sus manos. Para ese momento, el dossier de Saab era bastante sustancioso de delitos referidos a su accionar como testaferro de Nicolás Maduro en distintos negocios sostenidos en el voluminoso fraude cometido contra el Estado venezolano.

Interpol le seguía los pasos; tenía en sus manos la circular que lo señalaba como solicitado por suministrar con sobreprecio alimentos y víveres destinados a las clases más necesitadas. También estaba acusado del lavar 350 millones de dólares a través del sistema cambiario.

Las andanzas de Saab tenían rato operando en la trastienda, pero a partir de las sanciones aplicadas por Estados Unidos al Estado venezolano, se convirtió en un hombre poderoso manejando los intereses de la familia presidencial. Maduro, dependiente de él, no ocultó su afán, primero por evitar la extradición de Saab a Estados Unidos -lo que no logró porque fue depositado en Miami en octubre de 2021- y después para su liberación, la que obtuvo el miércoles 20 de diciembre del año pasado a cambio de entregar a los americanos 10 de sus nacionales detenidos por diferentes delitos, pero que en realidad habían sido retenidos como piezas de canje.

El regreso de Saab al país fue por todo lo alto. El colombiano volvía con la firme intención de retomar e incluso ampliar su poder. También albergaba la decisión de vengarse y liquidar a todos aquellos que habían aprovechado su ausencia frente a un debilitado Maduro, desesperado por el dinero y comprometido con la elección presidencial.

Al respecto ha avanzado de manera impresionante. En tiempo récord, los cuerpos de civiles y militares, empresarios y políticos de otrora confianza de Nicolás, están en la cárcel.

Fuentes de inteligencia aseguran que en la mira de Alex Saab estuvieron siempre los hermanos Santiago y Ricardo Morón. Sobre ellos el empresario colombiano sabía que uno (o dos) traidores, habían ofrecido a los americanos información que ayudaría a detenerlo, a cambio de no ser sancionados. Si lo hicieron de nada les sirvió puesto que apenas un mes después de haber sido apresado Saab en Cabo Verde, los hermanos Morón fueron notificados de las sanciones del Departamento del Tesoro por su sostenido apoyo a la corrupción del régimen de Maduro.

Ahora un Alex Saab empoderado, intenta reorganizar los negocios ilícitos vueltos un caos luego de la detención de Tarek El Aissami.

En ausencia de Saab los hermanos Morón lograron ampliar considerablemente su espacio delictivo. Su amistad con Nicolasito cada vez más estrecha, había nacido casi diez años atrás a su regreso de China donde su papá lo había enviado para alejarlo de malas costumbres y compañías. Para cuando se conocieron ya la familia Morón del estado Zulia tenía negocios con el régimen que luego -ni qué decirlo- se multiplicaron en valor y extendieron en por lo menos una docena de países.

Pero ahora, para sorpresa de muchos, parecen haber caído en desgracia. Información publicada de manera exclusiva por el portal “Cuentas Claras”, informó que los hermanos, Santiago primero, y Ricardo después, han sido detenidos, hasta el momento sin explicación oficial.

“Cuentas Claras” ha precisado que un explosivo altercado con Jorge Rodríguez culminó con el traslado de Santiago a la sede de la Dirección General de Contrainteligencia Militar. La razón de la disputa habría sido que Jorge Rodríguez ha excluido a los hermanos Morón de la lista de personajes sujetos al perdón de sus sanciones. Se trata de la lista llevada a las negociaciones de Barbados. Santiago, abogado y el del altercado, es el más cercano a Nicolasito y funge como su asistente, mientras Ricardo, ingeniero y corredor de bolsa, se asume como el operativo con decenas de empresas en diferentes partes del mundo. Ricardo, según “Cuentas Claras”, fue detenido horas después.

Los hermanos Morón comenzaron a multiplicar su fortuna desde que en el 2016 tomaron el control del oro y el coltán. Por ejemplo, era ampliamente conocido que la empresa de Santiago tenía el monopolio de la compra de oro a mineros artesanales a bajos precios para luego venderlos al Banco Central de Venezuela a un precio considerablemente mayor. Pero la ambición fue creciendo. ¿Habrá alguien del régimen no involucrado en el caso Pdvsa-cripto?

Así las cosas, la podredumbre de la tiranía explota en la medida de su debilidad. Decenas de dictaduras han colapsado por las luchas internas del control de los recursos. Esta vez no tiene por qué ser diferente.